El “efecto Valdez Albizu” en la economía dominicana y la inteligente decisión de Luis Abinader

Héctor Valdez Albizu ha sido nuevamente confirmado para seguir al frente del Banco Central, marcando un hito difícil de superar en República Dominicana. Se inició en la década de los 70 en una posición modesta y desde ese entonces su ascenso ha sido indetenible.

Su primera designación en el cargo fue en 1994, por el presidente Joaquín Balaguer y luego, en el período 1996-2000, por Leonel Fernández. Con una pausa de cuatro años, durante la gestión de Hipólito Mejía, regresó en 2004 hasta el sol de hoy en que el presidente electo, Luis Abinader le ha pedido que continúe como líder de la política monetaria en medio de una pandemia que ha puesto a prueba todas las economías del mundo.

La verdad hay que decirla a los cuatro vientos: Héctor Valdez Albizu y su equipo han sabido manejar o timonear el barco en medio de situaciones difíciles, por lo que esta vez no podía ser la excepción. República Dominicana ha logrado mantener niveles de estabilidad y crecimiento resaltables en América Latina, manteniendo la economía entre las más dinámicas de la región. Aunque ahora el panorama pinta en contra, porque la economía está prácticamente paralizada con algunos visos de dinamismo, lo cierto es que la mejor decisión del presidente electo Luis Abinader era confirmar en su cargo a Valdez Albizu.

La coyuntura actual precisa de una política monetaria manejada con inteligencia y cautela, en la que no haya sobresalto y se logren ejecutar o implementar las mejores decisiones. Hay variables que, a pesar de la cuasi paralización de la economía, se mantienen en niveles aceptables. La inflación y la tasa de cambio son el mejor ejemplo de esto. Quizá haya que analizar a más profundidad el efecto Valdez Albizu en la estabilidad macroeconomía del país una vez le toque salir del Banco Central, pero ahora hay que admitir que el gobernador ha tenido (y ha aplicado) una fórmula que ha sido exitosa en cuando a mantener a raya las variables macroeconómicas más importantes para garantizar el desarrollo.

Está sobreentendido que la política monetaria seguirá siendo expansiva, al estilo keynesiana, en la que se apuesta a bajas tasas de interés e incentivos monetarios para garantizar recursos frescos a los sectores que más lo necesitan para desarrollar el país. La decisión de no mover al gobernador del Banco Central es correcta y más en un contexto de pandemia y de parálisis económica. La permanencia de Valdez Albizu en el cargo, además de ser un reconocimiento a su experiencia y éxito al frente de la política monetaria, es una muestra de madurez institucional, a lo que debería apostarse en la sociedad dominicana.

Héctor Valdez Albizu, al aceptar el reto que le pone Abinader en sus hombres (junto a su equipo), se convierte ahora en un gobernador del Banco Central que ha servido a cuatro presidentes de tres partidos distintos. ¿Qué hubiera pasado si Hipólito Mejía lo hubiera confirmado en el cargo en el 2000? ¿Se hubiera evitado la debacle financiera de 2003 o le hubieran buscado otra salida? ¿Está el Presidente electo haciendo un ejercicio de madurez o simplemente no quiere arriesgar la estabilidad macroeconómica que se ha logrado durante los últimos 16 años, a pesar de las crisis que se han presentado?

En definitiva, y sin temor a errar, lo que ha hecho el Presidente electo es decirle al país, y al mundo, que República Dominicana seguirá siendo una economía estable, con capacidad para recibir inversión extranjera porque los principales indicadores macroeconómicas están (y estarán) bajo control. Bien por Luis Abinader, pero mejor habrá de ser para todos los dominicanos.

Fuente: ElDinero.com.do

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