La última revolución tecnológica se llama metaverso

Las economías occidentales han vivido una revolución digital sin precedentes en los últimos dos años. El cisne negro que ha supuesto la pandemia durante este periodo ha hecho que el anterior rol optimizador de la tecnología sea sustituido por el de motor estratégico para el conjunto de la actividad productiva.

Cloud computingecommerce, 5G, blockchain, Internet de las cosas… Algunos de estos conceptos se han popularizado de la noche a la mañana en fechas relativamente recientes. Otros venían de antes, pero se han consolidado en la era Covid. En 2022, este goteo incesante de tendencias digitales apunta a cobrar un mayor peso en la economía, hasta el punto de que más de la mitad del PIB mundial estará generado por la tecnología, según la consultora IDC.

En este año que se augura clave para la modernización tecnológica, el metaverso anunciado por Mark Zuckerberg en octubre apunta a ser el trending topic que protagonice la mayor disrupción digital, según los expertos.

Esta tecnología, que aún está empezando a construirse, implica la llegada de una réplica de la realidad al espacio digital. Es decir, un entorno inmersivo en tres dimensiones que hará de punto de encuentro entre el mundo físico y el virtual para que los usuarios puedan interactuar mediante un avatar. Y eso no solo conlleva una revolución para los videojuegos, que acabarán teniendo universos descentralizados con su propia economía, sino que «supondrá el lanzamiento de nuevos proyectos aplicados a diversos sectores, como la educación, la arquitectura, el turismo o la salud», explican Adriano Gil, director creativo de XR, y Javier Martín, director de Innovación Abierta de la empresa tecnológica Sngular.

Primeros proyectos

En esta fase inicial, las empresas de gran consumo y moda están llevando la delantera al crear las primeras experiencias de negocio. Entre ellas Nike, que ya ha anunciado su propio universo virtual, o Zara y Samsung, que han sacado colecciones de prendas y productos virtuales en juegos como Fortnite o en plataformas que son la antesala del metaverso, como Zepeto.

Desde Sngular creen que a corto y medio plazo «se seguirá esta tendencia y distintas empresas poseerán metaversos independientes, susceptibles de ser unidos compartiendo elementos en común».

Bajo esta premisa, estimaciones como la de la agencia Wildbytes hablan ya de un mercado de 800.000 millones de dólares en dos años gracias al éxito de las criptomonedas o los emergentes NFT, activos digitales que «permitirán que los usuarios puedan tener una posesión real respaldada por el blockchain, lo que posibilitará una economía interna y una gobernanza compartida». Algo que ya empieza a observarse en el arte, con la creación de obras únicas a partir de un algoritmo programado por el artista.

Al igual que sucede con el dinero virtual y el blockchain, los expertos indican que el metaverso será la llave para hacer de las realidades aumentada y virtual dos de las grandes tendencias digitales de 2022. No es casual que Facebook (ahora, Meta) adquiriese hace cinco años la empresa de gafas virtuales Oculus.

Tal como comenta Pedro Gallardo, director de Desarrollo de Negocios de atSistemas, este auge va a hacer que surjan próximamente soluciones de todo tipo, como «la creación de prototipos 3D, entornos de test y formación acompañada de inteligencia artificial, en el caso de la realidad virtual, o el mantenimiento de maquinarias gracias a la realidad aumentada».

Mientras, agencias de medios como Mediabrands Content Studio ya han empezado a trabajar en «el diseño de experiencias híbridas con realidad aumentada a través de dispositivos móviles, o de asistentes virtuales y escenarios de entretenimiento 100% ya integrados en metaversos, como Roblox o Decetraland», según destaca Lucía Álvarez, responsable de Soluciones Digitales de la compañía.

Inteligencia artificial

En todos estos procesos, el sector tecnológico mira más de cerca que nunca a los avances de la inteligencia artificial como piedra de toque de las nuevas tendencias. Si antes consistía en agilizar las operaciones mediante la automatización, los expertos coinciden en que en 2022 veremos cómo se reduce la participación humana. En este sentido, Gallardo alude a la inteligencia artificial generativa, basada en modelos de aprendizaje automático: «Es capaz de crear desde cero nuevos artefactos originales y realistas, los cuales pueden ir desde contenidos creativos hasta código software que acelere los procesos de I+D en ámbitos tan complejos como el médico». Tal como añade, esta tecnología está «detrás de la creación de imágenes realistas de personas que no existen» y, según estima la consultora Gartner, en 2025 serán usadas por el 10% de las empresas que recurran a la inteligencia artificial.

Ética algorítmica

El hecho de que una máquina pueda calibrar decisiones supondrá la introducción de criterios éticos y «una justicia algorítimica«, otra de las grandes tendencias tecnológicas en el corto y medio plazo.

Así lo expresa Fernanzo Ariza, director general adjunto y miembro del Comité de Ética de Inteligencia Artificial de Mutualidad de la Abogacía. A su juicio, en 2022 aparecerán órganos similares al suyo en muchas entidades, «pues garantizar valores como dignidad, equidad o privacidad deben ser la base inmutable para que las decisiones algorítmicas que tomemos puedan tener un impacto positivo».

Otras tecnologías que ya estaban en boga prometen ir un paso más allá a lo largo de este año. ProGlove, empresa de wearables ergonómicos industriales, incluye entre ellas a los gemelos digitales. Es decir, homólogos virtuales de objetos físicos que se pueden usar para recorrer escenarios sin riesgos con la ayuda de la producción virtual o 3D. Por ejemplo, representar determinadas circunstancias en naves de producción e identificar y descartar peligros para los empleados.

Análisis de datos

La transformación digital también ha provocado que el análisis de datos sea un elemento esencial para que la gran mayoría de negocios pueda conocer mejor a sus clientes. Por eso, desde la consultora tecnológica Baufest aseguran que el campo de la analítica predictiva tendrá un importante crecimiento en 2022.

Según indican, «esta tecnología, que anticipa tendencias y pronostica rendimientos utilizando tanto herramientas como técnicas estadísticas basadas en datos pasados y existentes, permite crear estrategias comerciales futuras y revisar sus objetivos». Así, explican, la baja de un cliente se puede predecir hasta seis meses antes de que se produzca, del mismo modo que una aseguradora analiza el aumento de los índices de siniestralidad o la prevención del fraude y aplica modelos sofisticados para calcular primas competitivas.

Ciberseguridad

Las cifras de ataques informáticos en 2021 (el doble que en 2020, según Check Point Research) auguran un mayor auge de la ciberseguridad. La hiperautomatización es ya una realidad. Y abarca tanto la automatización de procesos robóticos como herramientas de código bajo o sin código que facilitan el desarrollo de aplicaciones sin necesidad de ser expertos en programación.

Los avances también han traído más vulnerabilidad, lo que hará que los modelos de seguridad denominados confianza cero ganen peso este año. «Se basan en la premisa de que las empresas deben desconfiar de todo», dicen en Baufest. Para eso, añaden, «se utiliza un conjunto de herramientas y prácticas como la autentificación multifactor, la gestión del acceso con privilegios, la segmentación de redes y el principio del privilegio mínimo».

La ciberseguridad también afronta la llegada del metaverso y las criptomonedas, dos mercados aún por despegar pero llamados a liderar la transformación digital.

TECNOLOGÍA, EL ANTÍDOTO CONTRA LA INFLACIÓN

La importancia de las pymes en la economía española es más que notoria si se analizan las estadísticas. Estas organizaciones empresariales, según los datos oficiales, representan más del 95% del tejido productivo y emplean al 72% de la población.

Es por eso que, para salir de la crisis generada por la pandemia, las pymes no pueden quedarse atrás y deben seguir la estela de las grandes empresas, especialmente en lo que a transición digital se refiere. La tecnología ha demostrado desde 2020 que cualquiera, desde cualquier lugar, puede mantener un negocio.

Pero es que, además, puede convertirse en un aliado perfecto para combatir la inflación y la continua escalada de los precios. Especialmente los de la energía, uno de los principales gastos de cualquier tipo de empresa.

La transición digital en las pymes españolas se ha acelerado considerablemente durante los últimos años. Sin embargo, sendos estudios de las consultoras McKinsey y CA Technologies publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicaban que casi la mitad (el 46%) de las pymes españolas suspendía en materia digital a finales de 2021, mientras que solo un 13% se encontraba en una etapa avanzada de su digitalización.

El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) de la Comisión Europea es algo más esperanzador, pues señala que España se sitúa por encima de la media comunitaria. «Solo el 20% de las pymes españolas están digitalizadas y aún queda mucho camino por recorrer, pero estamos casi en el mismo punto que otros países europeos como Reino Unido o Finlandia», indica Perttu Jalkanen, cofundador de AREX Markets.

Para los pequeños y medianos empresarios, afrontar la transición digital es un proceso costoso y complejo para el que no cuentan con los recursos necesarios. Por eso, está ganando adeptos entre las pymes el proceso de migración a la nube. Básicamente, consiste en trasladar de forma parcial o completa el entorno de trabajo (sistemas, procesos, herramientas, documentos o programas) a un espacio virtual al que acceden los empleados.

Como explican desde BeServices, consultora tecnológica especializada en migración a la nube, este proceso puede aportar múltiples beneficios a las pymes. El principal de todos ellos, el ahorro económico.

Eficiencia

«Cuando migramos nuestros sistemas y cargas de trabajo a la nube estamos haciendo una acción de descentralizar, es decir, otorgamos al proveedor la responsabilidad de mantener y asegurar nuestro entorno tecnológico», comenta Joan Cuello, Director de Operaciones de BeServices.

Según añade, «los costes directos, como la compra de un servidor, licencias, luz o gastos de mantenimiento, ahora se trasladan a una cuota mensual que únicamente tiene en cuenta los recursos que consumimos en cada momento».

El de la subida de los precios de la energía es uno de los principales problemas que están afrontando las compañías españolas. Por suerte, la tecnología también está logrando mitigar su impacto con proyectos como Big Data Solutions, una start up vasca especializada en modelos predictivos y analítica avanzada. Gracias a su plataforma de big data, muchas empresas han reducido el gasto energético de sus fábricas en un 10%.

La transición digital también ha llegado a la industria alimentaria. Por ejemplo, la compañía Patatas Meléndez ha diseñado una estrategia que se divide en tres líneas de actuación: la digitalización del cultivo de la patata, la incorporación de energía renovable y la puesta en marcha de una planta automatizada. Todo ello debe generar un ahorro superior al 30% en los costes de producción.

España tratará de dar el impulso definitivo a su transformación digital con el Programa Digital Toolkit, que proporcionará ayudas económicas a pymes y autónomos. En Distrito Digital, un gran hub tecnológico de la Comunidad Valenciana que alberga numerosas start up, consideran que la clave del éxito de este proyecto nacional será la «capilaridad, para que el dinero llegue a las empresas que más lo necesitan».

LAS MEJORES OPORTUNIDADES PARA MONTAR UNA ‘START UP’ DIGITAL

Emprender está de moda en España. En algunos casos por vocación, y en muchos otros, por obligación (dada la crisis provocada por la pandemia). Según el Informe GEM España 2020-2021 de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa), la iniciativa emprendedora nacional descendió ligeramente tras el inicio de la crisis sanitaria, pasando del 7,4% en 2019 al 6,8% en 2020.Es una bajada inferior a la de otros países de nuestro entorno, pero superior a la media mundial.

«En ocasiones no es necesaria una idea brillante, muchas veces el simple cambio del modelo de negocio abre una ventana de oportunidad. Hacer las mismas cosas, pero de forma diferente», opina Jesús Castells, profesor en ESIC, consejero en EDVE, Escuela de Ventas y autor del libro Josdeputaaa!!! Me han «echao»!

No en vano, hoy en día se hacen más fotos que nunca, pero empresas como Kodak ya no están para verlo por su falta de adaptación y resiliencia. «Escuchamos música o vemos la televisión a través de Spotify o Netflix», explica Castells, quien opina que una buena idea en el momento inadecuado es como un pez fuera del agua. «Hay que ver cuándo es más apropiado lanzarse».

Ahora se aprovechan las experiencias basadas en el uso de los medios digitales y otras tecnologías de la información y la comunicación. Los emprendedores digitales confían en las características de estos medios para buscar oportunidades. Así sucedió con la española Wallbox, entre los mejores proyectos de emprendimiento del mundo según la Startup World Cup, competición que se organiza en Silicon Valley.

El valor de este fabricante de puntos de recarga para coches eléctricos, que nació en 2015, se ha disparado hasta los 2.000 millones de dólares tres meses después de salir a Bolsa. «Los consejos que podemos compartir son los dos factores que creemos que han sido clave para el éxito. En primer lugar, rodearse de los mejores y estar muy abiertos a escuchar sus aportaciones y consejos. En segundo lugar, querer ser mejores, no los más grandes», desliza Enric Asunción, CEO y fundador de Wallbox.

Tener su meta clara les ha ayudado a mantener el foco en cada paso y a cumplir los objetivos de su plan de negocio sin desviarse, cuenta el responsable de este unicornio (start up con un valor superior a los 1.000 millones). Solo las esperanzas de futuro explican esa valoración para una compañía que apenas vendió 66.000 cargadores durante los tres primeros trimestres del año pasado y que no prevé alcanzar un ebitda positivo hasta 2024.

«Para identificar oportunidades de negocio primero es recomendable realizar un análisis Pestel, que nos permita conocer las variables políticas, económicas, sociales, tecnológicas, ecológicas, ambientales y legales del contexto donde vamos a emprender y comprender las tendencias que operan en ese mercado. De esta manera, estaremos más preparados para percibir mejores oportunidades», tal como aconseja Federico Mazzon, profesor y mentor del bootcamp Impulso de la Universidad Internacional de Valencia.

NICHOS QUE ASALTAR

En el escenario de la era pospandemia se han acelerado exponencialmente tendencias basadas en cambios de comportamientos, hábitos y preferencias del consumidor. También, en nuevas tecnologías que permiten transformar sectores tradicionales y potenciar los tecnológicos, con un fuerte peso de la sostenibilidad.

Los expertos consultados coinciden en señalar varios sectores clave. Aunque las clases presenciales tienden a normalizarse, el elearning alcanzará los 370.000 millones de dólares en 2026, predice Statista. El comercio electrónico está creciendo a un ritmo vertiginoso y parece no tener límites, con una previsión del 31,4% anual hasta 2027, según el Global Consumer Survey Report de Astound Commerce. Además, el healthtech(soluciones digitales de telemedicina) aumentó un 500% durante las primeras semanas de la pandemia y, en un escenario sin restricciones, retiene a más del 60% de sus nuevos usuarios.

Al no estar centralizado, el teletrabajo expone a empresas y trabajadores a potenciales amenazas de ciberseguridad. Y también se abre un nuevo escenario para las fintech, impulsadas por unos usuarios de banca cada vez más digitalizados.

SE BUSCAN EXPERTOS, PRINCIPALMENTE EN DATOS Y CIBERSEGURIDAD

El talento digital ha pasado de tener un papel emergente a convertirse en una imperiosa necesidad. Si bien es cierto que los perfiles tecnológicos ya tenían tirón antes de la pandemia, la aceleración digital acaecida durante este periodo ha propiciado que la demanda de estos profesionales acapare hoy la mayor parte de las ofertas de trabajo. Su auge es incuestionable. De hecho, los puestos tecnológicos han aumentado un 38% desde el inicio de la crisis sanitaria, según datos de LinkedIn.

«La sociedad actual sufre cambios constantes a ritmos vertiginosos pero, aunque es cierto que destruye empleos, también lo es que crea el doble«, explica Óscar Fuente, Director y Fundador de IEBS. En este tsunami digital en el que se encuentran las empresas, el poder del dato ha disparado la empleabilidad de los especialistas que saben cómo exprimirlo.

En concreto, Fuente sitúa a analistas y científicos de datos entre los perfiles más buscados en la actualidad. Ya en 2019, las profesiones especializados en big data encabezaban todos los ránkings de demanda por parte de las empresas, y el pasado año sus puestos de trabajo aumentaron un 64%. «No son solo un perfil analítico, sino que tienen que saber interpretar la información que recojan», arguye.

Y eso, en pleno apogeo del ecommerce o el fintech pasa, según Fuente, por acceder a información útil. Por ejemplo, «en la repercusión de las campañas de márketing online, cómo se comportan los usuarios, las tendencias en los distintos sectores o las keywords clave».

Eso sí, dentro del gran reclamo que supone el big datahay diferentes especialidades que copan el mercado: «Desde el chief data officer (CDO) al ingeniero de datos o el data manager«, destaca.

Junto a ese campo, en IEBS inciden en la alta cotización de otros puestos relacionados con el márketing. Son los casos del digital product manager o el growth hacker, experto en aunar técnicas de este sector, analítica web y programación para hacer crecer un negocio con pocos recursos.

Roles transversales

En cualquier caso, si algo caracteriza el éxito de los perfiles digitales en el actual mercado laboral, eso es su transversalidad. Según explican desde The Valley, un ejemplo evidente es el de los especialistas en sistemas cloud, claves «para que cualquier empresa tenga un espacio de almacenamiento seguro en Internet» a través de la nube.

Los nuevos modelos de negocio han llevado a las compañías a rifarse estos perfiles, en un tiempo en el que también se busca aunar desarrollo y seguridad. Por eso, Mariano Kostelec, CEO de StudentFinance, subraya la importancia de los profesionales especializados en ambas vertientes.

Los expertos en codificación, diseño y mantenimiento webse han hecho indispensables, en un escenario en el que lenguajes informáticos como Python o Java se han vuelto universales. «El perfil full stack developer es el más demandado por las empresas, seguido del front end o el Java developer«, comenta. De hecho, la demanda de estos perfiles aumentó un 30% en 2021, según la consultora Recluit. Y eso contrasta con el hecho de que «las necesidades del mercado español por estos profesionales no se están cubriendo», dice Kostelec.

A su vez, la proliferación de la delincuencia en la Red ha impulsado la demanda de especialistas en ciberseguridad hasta cifras récord. No en vano, según datos de StudentFinance, el reclamo de analistas de seguridad experimentó un aumento del 278% desde octubre de 2020 hasta marzo de 2021.

Con las exigencias tecnológicas que ha planteado la pandemia, sectores como el financiero tienen ante sí el desafío de abastecer sus plantillas con estos y otros especialistas. De hecho, desde la CECA afirman que la transformación digital ya «está generando nuevos empleos tanto en la ciberseguridad como en el análisis crediticio, la robótica y el blockchain«. Hasta el punto de que su efervescencia será equivalente a los empleos relacionados con el cumplimiento normativo.

Reciclaje

Pero no solo se busca contratar, sino también renovar. De ahí que, como indican, las entidades hayan potenciado «metodologías agile para poner en práctica competencias personales y digitales«.

También sucede en el sector de la salud. Un ejemplo es el Grupo Sanitario Ribera, que ha puesto en marcha una aplicación de bienestar emocional llamada Minds. El objetivo es que los pacientes reciban un seguimiento continuo por medio de la terapia online. Según Tania Menéndez, digital transformation officer del grupo, estos avances se consiguen con «equipos multidisciplinares», formados por clínicos, expertos en datos y seguridad, matemáticos, desarrolladores o diseñadores, quienes idean de manera conjunta «nuevos productos y servicios digitales».

Por otro lado, la llegada del metaverso y el desarrollo de la economía digital apuntan a la aparición de nuevos perfiles. Desde Cecabank aseguran que un segmento a explorar es el de los criptoactivos. Mientras, desde IEBS vaticinan la aparición de nuevos ingenieros (de realidad virtual y aumentada) para la próxima disrupción digital.

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