El representante permanente de República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), embajador José Blanco, recomendó a Rusia y Ucrania que depongan con urgencia las armas y den prioridad a las negociaciones diplomáticas.
“Con esta acción, se están quebrantando principios elementales de derecho internacional como son: el respeto a la integridad territorial de los Estados; el compromiso de resolver las controversias por métodos pacíficos, absteniéndose de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza; y el respeto a la independencia política y la no intervención en asuntos internos de otros Estados”, sostuvo el embajador Blanco durante una sesión especial de emergencia de la Asamblea General.
República Dominicana fue una de las 141 naciones que votaron a favor de una resolución aprobada por la ONU, en la que el organismo internacional deplora «en los términos más enérgicos la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania en violación del Artículo 2, párrafo 4 de la Carta de las Naciones Unidas”.
“Luego de esta terrible pandemia, a lo que el mundo aspira es a reencausarse por el camino de la estabilidad donde prime la solidaridad. No queremos más muertes y desolación. Ya en este conflicto se registran cientos de fallecidos y las consecuencias humanitarias y económicas son impredecibles”, reiteró Blanco.
El país saludó la rapidez con la que el presidente del septuagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, Abdulla Shahid, convocó la sesión de emergencia para tratar la situación creada por la ocupación militar rusa al territorio de Ucrania y reconoció los esfuerzos realizados por el secretario general, António Guterres, para lograr el diálogo y la concertación entre ambas naciones.
Asimismo, el diplomático destacó que, tal y como lo expresó el presidente Luis Abinader, República Dominicana se encuentra estremecida por la intervención militar perpetrada por Rusia contra el pueblo de Ucrania, debido a que el accionar ruso violenta la Carta de las Naciones Unidas, los Acuerdos de Minsk y el Memorando de Budapest, así como innumerables resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU.