Los problemas mentales que pueden desarrollarse en las personas que viven una guerra

Un conflicto armado o bélico es, en toda su expresión, el reflejo de un fracaso estrepitoso y tremendamente egoísta e inhumano para aquellos que lo causan. Sus repercusiones, además, no solo se reflejan en las causas que le dan origen -mayormente políticas o económicas-, sino también en heridas que no causan sus ataques: las psicológicas. La población civil, víctima de intereses ajenos de poder, suelen ser los más perjudicados por el horror, las pérdidas y los sonidos de estos escenarios. Según estimaciones, una de cada cinco personas (22%) que viven en un área afectada por un conflicto bélico desarrollan trastornos mentales o episodios de los mismos.  Ahora, desde el estallido de la guerra en Ucrania, varias ONG’S y profesionales han alertado sobre las repercusiones mentales que esto tendrá entre su población, especialmente en los niños. Te contamos las más comunes. 

En primer lugar, la OMS advierte de que estas estimaciones ponen de relieve la necesidad de aumentar y mantener la inversión en el desarrollo de servicios de salud mental en las zonas afectadas por los conflictos y los autores del estudio afirman que es «urgente» poner en práctica «intervenciones de salud mental a gran escala» para hacer frente a esta situación. Son claros: »aunque las balas acaben de perforar los cuerpos y los misiles dejen de arrasar ciudades, los daños internos se prolongan muchos años más». Por ello, es importante que los programas de ayuda tengan en cuenta cuáles son las necesidades de salud mental de la población afectada, teniendo en cuenta la situación de cada país. 

Los trastornos más comunes

  • Estrés agudo: Una de las condiciones más habituales es el estrés agudo causado por el dolor por todo lo que se pierde en situaciones de emergencia.
  • Reacciones psicóticas : son frecuentes debido  a la sobretensión psíquica y el aumento del estado de alerta y los mecanismos de defensa autoaprendidos.
  • Trastornos disociativos y conversivos
  • Depresión y ansiedad: Debido a la angustia, la violencia y la incertidumbre sobre lo que está por venir, además de los sucesos traumáticos de su alrededor. 
  • Los trastornos del humor o afectivos : distimia (ánimo melancólico), hipomanía (alteraciones del ánimo) o manía.
  • Trastorno de estrés postraumático: El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. El miedo tras haberlo vivido, desencadena una respuesta de «lucha o huida’. Causa cambios en el cuerpo, como la liberación de ciertas hormonas y aumenta el estado de alerta, la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.
  • Trastorno bipolar o esquizofrenia

Para los niños

Los niños tienen lesiones derivadas de armas de fuego, quemaduras, afecciones auditivas y visuales, mutilaciones y maltrato físico. En el área psicológica, los investigadores hablan de consecuencias »impredeciblemente duraderas e irreparables». Algunas de ellas son:

  • Desarrollo de conductas regresivas 
  • Ansiedad por separación.
  • Ansiedad generalizada.
  • Trastornos del sueño.
  • Imposibilidad de desarrollo del trabajo académico posterior.
  • Agresividad.
  • Labilidad emocional.
  • Sentimientos de intensa humillación, culpa, vergüenza e impotencia.

Fuente:DiarioDeSevilla.Es

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