Activistas climáticos alemanes rociaron pintura naranja en la Puerta de Brandeburgo de Berlín el domingo por la mañana para instar al gobierno alemán a tomar medidas más urgentes contra el cambio climático.
Los miembros del grupo Última Generación utilizaron extintores llenos de pintura para rociar las seis columnas del popular monumento de la capital de Alemania. Las prioridades del grupo incluyen lograr que Alemania deje de utilizar todos los combustibles fósiles para 2030 y tome medidas a corto plazo, incluyendo la imposición de un límite de velocidad general de 100 kilómetros por hora (62 mph) en las carreteras, a fin de reducir las emisiones más rápidamente.
«La protesta lo deja claro: Es hora de un cambio político», indicó el grupo en un comunicado. «Lejos de los combustibles fósiles, hacia la justicia».
La policía acordonó la zona que rodea la Puerta de Brandeburgo y confirmó que detuvo a 14 activistas afiliados a Última Generación.
El grupo más conocido por sus protestas en que los activistas se pegan a las carreteras y bloquean el tráfico desempeña un papel provocador y polarizador en la política y la sociedad alemanas.
El alcalde de Berlín, Kai Wegner, condenó las acciones del grupo y dijo que sus tácticas van más allá de las formas legítimas de protesta.
«Con estas acciones, este grupo no sólo está dañando la histórica Puerta de Brandeburgo, sino también nuestro libre discurso sobre los temas importantes de nuestro tiempo y futuro», dijo a la agencia de noticias alemana dpa.
En Suecia, la policía detuvo el domingo a 17 personas por sabotaje después que activistas climáticos ingresaron al aeropuerto Bromma de Estocolmo, que opera principalmente rutas nacionales, y rociaron un avión con pintura roja, afirmó la policía a la agencia de noticias sueca TT.
Según las autoridades aeroportuarias suecas, un vuelo ambulancia se vio obligado a aterrizar en el principal aeropuerto internacional de Arlanda, en Estocolmo, en lugar de hacerlo en Bromma, debido al incidente. Los activistas climáticos anunciaron más tarde que sus actos fueron parte de una campaña global que exige la prohibición de los jets privados.