Durante los últimos años, he tenido el privilegio de asistir a diferentes conferencias y reuniones con autoridades del mercado de valores de diversas regiones. Estos encuentros han sido una valiosa oportunidad para compartir los planes y acciones que cada país está implementando, fomentando un intercambio de experiencias que buscan la implementación de políticas eficientes en nuestros respectivos mercados.
Cada vez que hemos asistido, la República Dominicana se ha destacado como uno de los focos de mayor atención. Los comentarios de los asistentes reflejan un consenso: en la República Dominicana, se está trabajando bien.
A continuación, destaco algunos datos que suelen incluirse en nuestras presentaciones, los cuales provienen de fuentes públicas y ofrecen una visión objetiva sobre el desarrollo económico de la República Dominicana.
Para finales de 2024, se proyecta un crecimiento real, dígase ajustado por inflación, del PIB de 5.1 % (datos del FMI). Esto posiciona a la República Dominicana como uno de los líderes de la región, con un crecimiento sostenido que ha promediado más de un 5 % en los últimos cinco años. Este sólido desempeño ha atraído la atención de inversores extranjeros.
De acuerdo con cifras de ProDominicana, en 2023 ingresaron más de 4.3 mil millones de dólares en inversión extranjera, lo que representa un crecimiento del 72 % durante el período 2020-2023. Estas inversiones se han canalizado hacia sectores clave de nuestra economía, como el turismo, la energía, el comercio, la construcción, las zonas francas, la minería y las finanzas, generando empleos de calidad y contribuyendo a la estabilidad cambiaria del país.
Este ambiente de crecimiento y estabilidad ha sido reconocido por diversas entidades internacionales en sus mediciones de índices de riesgo para invertir en la República Dominicana. JP Morgan, en su Emerging Markets Bond Index (EMBI), al cierre de octubre de 2024, ha colocado a nuestro país en un índice de riesgo de 2.04 %, muy por debajo del promedio de 4.36% de América Latina, lo que evidencia la solidez de nuestra economía. Además, las principales agencias calificadoras internacionales mantienen una perspectiva positiva sobre la República Dominicana, lo que nos acerca a la anhelada calificación de «grado de inversión».
Es fundamental resaltar estos datos como un testimonio del camino que hemos recorrido y de las decisiones acertadas que han propiciado este crecimiento, incluso en un contexto global turbulento. Me enorgullece ser un portavoz de las buenas noticias de la República Dominicana ante el mundo, y aún más, compartir estos logros con mis compatriotas.
La labor que hemos realizado, apoyada en una gestión eficiente y transparente, no solo ha fortalecido nuestra economía, sino que también ha proyectado a la República Dominicana como un modelo a seguir en la región. Continuaremos trabajando con la misma determinación y compromiso para seguir impulsando el progreso de nuestro país, reafirmando que estamos en la senda correcta hacia un futuro próspero y sostenible.