La residencia oficial de la Embajada de España en República Dominicana fue el escenario de una emotiva recepción con motivo del fin de la misión diplomática del embajador Antonio Pérez-Hernández y Torra, quien también se despide de su carrera en el servicio exterior tras 44 años de servicio.
El acto contó con la presencia del presidente de la República, Luis Abinader, la primera dama Raquel Arbaje, así como los ministros de Relaciones Exteriores, Industria, Comercio y Mipymes, y de la Mujer. También asistieron destacadas personalidades de la vida económica, social y cultural del país, junto a representantes de la comunidad española en la República Dominicana.

Durante su intervención, el embajador Pérez-Hernández compartió palabras cargadas de gratitud y emoción:
“He vivido y viajado por muchos países, pero puedo afirmar que ninguno como la República Dominicana”, expresó con firmeza.
Resaltó especialmente una cualidad que, según dijo, distingue al pueblo dominicano por encima de todo:
“La cortesía, los buenos modales y la simpatía del dominicano”.
En su mensaje, también hizo un llamado al valor del país en el contexto global:
“En un mundo cada vez más convulso y polarizado, la comunidad internacional ganaría mucho si hubiera más países como la República Dominicana”.
El embajador agradeció al presidente Abinader por el impulso dado a las relaciones bilaterales durante su mandato, y reafirmó la cercanía entre ambos pueblos:
“Dominicana siempre tendrá en España un país amigo que le aprecia, que le entiende y que le apoya”.
Y añadió con convicción:
“Ser embajador de España en República Dominicana o de República Dominicana en España es el anverso y reverso de una misma moneda”.
Finalmente, expresó que tanto él como su esposa, Pilar Lladó, se llevan en el corazón el cariño recibido:
“Estamos profundamente agradecidos por la forma en que nos han recibido. Ha sido un honor servir aquí”.
Con esta despedida, Antonio Pérez-Hernández deja una huella significativa en la historia de la diplomacia entre España y República Dominicana, marcada por la cercanía, la cooperación y la profunda estima entre ambas naciones.