Global Mobility Call: Desplazamientos más eficientes y sostenibles gracias a la información en tiempo real

La digitalización ha transformado toda la cadena de valor de la movilidad: desde los procesos internos de las compañías de transporte hasta la manera en la que se gestionan las infraestructuras o incluso los datos disponible respecto al comportamiento de los usuarios

Cuando se habla de la movilidad del futuro, la gran mayoría de personas piensan en coches voladores y pilotos automáticos que llevan al pasajero a su destino con solo pulsar un botón. De momento la realidad no supera a la ficción, pero a lo largo de la presente década parece que la innovación será clave en un sector que evoluciona a pasos agigantados de la mano del proceso de digitalización que está transformando toda la sociedad.

Aunque la tecnología es básica en los cambios que se están produciendo en la movilidad, sus aplicaciones en el ámbito de la mecánica no son las que generarán las transformaciones más importantes. «Esta será la década de los datos», señalaban en 2016 desde la multinacional Dell. Y precisamente el conocimiento de la información en tiempo real, con herramientas digitales como el big data, pueden hacer que el sistema actual de transporte de personas y mercancías sea mucho más eficiente y seguro, a la par que sostenible.

Como bien apuntan desde Indra, empresa española líder en consultoría tecnológica, se necesita un cambio cultural para afrontar la transición hacia lo que se conoce como movilidad como servicio (MaaS, según sus siglas en inglés). Hablamos de un conjunto de soluciones inteligentes que ofrece a los pasajeros la posibilidad de combinar diferentes vehículos para realizar el trayecto de la forma que mejor se adapte a sus necesidades.

«La información sobre movilidad se ha ido construyendo, en general, bajo una base monomodal, ya que los operadores de sistemas de transporte, fueran públicos o privados, en general se han organizado por medios de desplazamiento», explica Isa Cano, directora de Estrategia, Inversiones y Desarrollo de Negocio de Mobility en Indra. El mayor reto, en su opinión, «supone establecer las reglas de juego para la compartición y utilización de esos datos, teniendo en cuenta que provienen de distintos servicios de transporte».

Y es que la base tecnológica para afrontar ese cambio cultural ya existe. Plataformas como In-Mova Space de Indra permiten conocer los datos de transporte, tráfico, logística e infraestructuras y, gracias a la inteligencia artificial, el big data y los modelos predictivos automatizados, sacarle el máximo partido ofreciendo una visión transversal de la movilidad de las ciudades en tiempo real.

Como remarca Cano, «es el resultado de la integración de todo nuestro conocimiento en la operación y gestión de soluciones de los diferentes modos de transporte en los que desarrollan su actividad diaria nuestros clientes. La plataforma está preparada para integrar la información proveniente de diferentes sistemas operacionales, sean soluciones nuestras o de terceros». Y añade: «In-Mova Space está implantada en los cinco continentes, ya que es la base sobre la que, por ejemplo, se gestionan y monitorizan los túneles urbanos de Londres, el área metropolitana de Manila o las carreteras de la DGT en España».

ESTACIONES INTELIGENTES

Otro paso importante es la adaptación de las infraestructuras, que también deben asimilar cambios importantes para afrontar esta transición hacia un nuevo modelo de movilidad. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España (ADIF) ya se ha puesto manos a la obra en esta tarea.

A través de un proyecto de digitalización denominado e-futuratiene como principales objetivos gestionar sus estaciones de una manera más eficaz y eficiente, ofrecer servicios de valor añadido a los ciudadanos y grupos de interés y, en definitiva, convertir todas sus instalaciones en inteligentes a través de las nuevas herramientas digitales.

«Se entiende por estación inteligente aquella que no solo aporta un mejor servicio mediante el uso intensivo de las nuevas tecnologías, sino las que también son capaces de escuchar y comprender lo que está pasando, tanto en su interior como en la ciudad, para poder responder a los ciudadanos y proporcionar la información y los servicios adecuados», comentan desde ADIF.

Big data, cloud computing, machine learning, 5G, Internet de las cosas, inteligencia artificial… Estas disrupciones tecnológicas ya funcionan en estaciones madrileñas como Chamartín y Puerta de Atocha o en barcelonesas como La Sagrera. A su vez, ADIF está tratando de equipar con toda la tecnología posible otras terminales de la red ferroviaria de menor tamaño y que no están situadas en los grandes núcleos urbanos del país.

El fin principal es proporcionar información pormenorizada de manera instantánea para poder predecir, de forma inmediata, la mejor alternativa y ayudar a la toma de decisiones de los viajeros. Pero además, como explican desde ADIF, esta incursión de la tecnología facilita también las tareas de los trabajadores: «Mediante la sensorización y monitorización de diferentes instalaciones se detectan posibles incidencias de forma automática, contribuyendo a evitarlas al poner el foco en el mantenimiento predictivo o agilizando su resolución». Y todo ello, «con un ahorro significativo de costes».

ULTIMA MILLA

En lo que respecta al transporte de mercancías, la información en tiempo real se hace cada vez más necesaria. Hay que tener en cuenta que el crecimiento exponencial del comercio electrónico ha generado en las ciudades flujos de tráfico que antes no existían y en la gran mayoría de ocasiones los desplazamientos necesarios no son nada eficientes.

Por ello, cada vez gana más peso el concepto de última milla, el eslabón final en la cadena de reparto -es decir, todo lo que tiene que ver con la entrega final en domicilio-. Para que este último paso se realice de una forma más ordenada, Ramón García, director General Centro Español de Logística (CEL), aboga por un «modelo de gestión basado en el conocimiento de datos». Y una vez que las plataformas logísticas cuentan con la información, destaca la importancia del trabajo colaborativo: «Es tan sencillo como que si dos proveedores deben entregar mercancía en el mismo barrio, no sea necesario que lo hagan con dos vehículos aunque sean competidores».

Para llegar a este sistema cooperativo, García considera que son necesarios dos cambios fundamentales. «En primer lugar, contar con la tecnología como aliada para que proporcione la conectividad y la visibilidad necesarias». Después, añade, «el desarrollo de infraestructuras que faciliten la colaboración. Y ahí es donde entran en juego lo que se conoce comohubs urbanos, es decir, edificios en los que las diferentes empresas que quieren enviar mercancía puedan dejarla ahí para que la organización la asuma un tercero y el reparto de última milla sea mucho más eficiente».

Pero el apoyo tecnológico no solo es clave para avanzar hacia un nuevo modelo de movilidad, sino también para descarbonizar el sistema de transporte a nivel global. Según datos del Observatorio de Sostenibilidad, la movilidad es responsable del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero y la aplicación de unas herramientas digitales que faciliten los desplazamientos podrían reducirlas hasta una cuarta parte.

Fuente: Expansion.com

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