Prominente poeta y ensayista José Mármol pone a circular un libro sobre la identidad

El prominente poeta y ensayista dominicano José Mármol estudia la identidad en su obra “Identidad en la modernidad líquida globalizada: Una lectura de Zygmunt Bauman”, la cual resulta una labor compleja en la sociedad presente.

En la obra (que circula en España desde el 2020 y recientemente en República Dominicana), su autor dice que pensar la identidad o, más bien, su plural, las identidades, en la sociedad presente, resulta una labor compleja, un desafío a la tarea misma de pensar y a las fronteras que, desde las disciplinas clásicas, se han fijado a los saberes humanísticos y científicos.

“No son pocas las aristas contradictorias con que podríamos encontrarnos al estudiar la identidad como un proceso de construcción individual y social, especialmente, cuando se la analiza en un contexto marcado por las tendencias de la globalización de la economía, el comercio, la política, el poder y la cultura, y en los que nuevos temas, como la revolución tecnológica, la inseguridad, el multiculturalismo, las migraciones, la pobreza, los extremismos ideológicos y religiosos, la violencia del terror, entre otros, tienen un peso específico considerable”, dice el autor en la introducción del libro.

Expresa que Zygmunt Bauman nos coloca de frente ante un hecho incontrovertible, irrefutable. En la modernidad líquida, en los tiempos posmodernos no existe la identidad en sentido sólido, fijo, firme, granítico e incólume. Existen, más bien, identidades múltiples que, como en una estructura de ensamblaje, en la integridad del yo del individuo, se articula, se solapan, se combinan, tachan o reemplazan y se imbrican, de manera desigual o inarmónica, en las relaciones no duraderas ni comprometidas con los demás individuos o con el contexto grupal y social.

En estos tiempos de globalización, transvaloración y licuefacción de todo lo que fue sólido, Mármol sostiene que la identidad se torna un problema complejo, irresoluble. Deja de ser algo dado, heredado, esencial o fijo. “Nada dura para toda la vida. Todo tiene fecha de caducidad. La aceleración y la digitalización han dado un giro radical a la existencia y a la identidad”, indica en la obra.

Hoy día contamos con equipos de identidad, incluyendo la virtual, que se arman con diligencia y se desmontan en su propia fugacidad. Actividades humanas como el sexo, el erotismo y el amor, adquieren una dimensión nueva, en la que lo fundamental es la eliminación del compromiso, vivir el aquí y ahora. Las identidades, porque hay que pluralizar el término, son consecuentemente, mercancías de un mercado globalizado, productos de constitución esquiva, perfectamente usables para propósitos concretos individuales o colectivos, pero definitivamente concebidos para que sean consumidos al instante, probablemente por única vez y luego e inevitablemente desechados, se explica en el libro.

Sobre el autor

Las obras de José Mármol han obtenido importantes galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura en 2013, por su trayectoria; y el XII Premio Casa de América de Poesía Americana, Madrid, España 2012, por su libro “Lenguaje del mar” (Visor Libros, Madrid, 2012), entre otros.

“No son pocas las aristas contradictorias con que podríamos encontrarnos al estudiar la identidad como un proceso de construcción individual y social, especialmente, cuando se la analiza en un contexto marcado por las tendencias de la globalización de la economía, el comercio, la política, el poder y la cultura, y en los que nuevos temas, como la revolución tecnológica, la inseguridad, el multiculturalismo, las migraciones, la pobreza, los extremismos ideológicos y religiosos, la violencia del terror, entre otros, tienen un peso específico considerable”, dice el autor en la introducción del libro.

Expresa que Zygmunt Bauman nos coloca de frente ante un hecho incontrovertible, irrefutable. En la modernidad líquida, en los tiempos posmodernos no existe la identidad en sentido sólido, fijo, firme, granítico e incólume. Existen, más bien, identidades múltiples que, como en una estructura de ensamblaje, en la integridad del yo del individuo, se articula, se solapan, se combinan, tachan o reemplazan y se imbrican, de manera desigual o inarmónica, en las relaciones no duraderas ni comprometidas con los demás individuos o con el contexto grupal y social.

En estos tiempos de globalización, transvaloración y licuefacción de todo lo que fue sólido, Mármol sostiene que la identidad se torna un problema complejo, irresoluble. Deja de ser algo dado, heredado, esencial o fijo. “Nada dura para toda la vida. Todo tiene fecha de caducidad. La aceleración y la digitalización han dado un giro radical a la existencia y a la identidad”, indica en la obra.

Hoy día contamos con equipos de identidad, incluyendo la virtual, que se arman con diligencia y se desmontan en su propia fugacidad. Actividades humanas como el sexo, el erotismo y el amor, adquieren una dimensión nueva, en la que lo fundamental es la eliminación del compromiso, vivir el aquí y ahora. Las identidades, porque hay que pluralizar el término, son consecuentemente, mercancías de un mercado globalizado, productos de constitución esquiva, perfectamente usables para propósitos concretos individuales o colectivos, pero definitivamente concebidos para que sean consumidos al instante, probablemente por única vez y luego e inevitablemente desechados, se explica en el libro.

Sobre el autor

Las obras de José Mármol han obtenido importantes galardones, entre los que destacan el Premio Nacional de Literatura en 2013, por su trayectoria; y el XII Premio Casa de América de Poesía Americana, Madrid, España 2012, por su libro “Lenguaje del mar” (Visor Libros, Madrid, 2012), entre otros.

Frente a la COVID llamó a proclamar poesía

Cuatro poetas, todos Premios Nacionales de Literatura, llamaron, con motivo del casi ignorado Día Mundial de la Poesía (el sábado 21 de marzo) para se lean para las redes sociales, un poema cada día desde el confinamiento hogareño con motivo del Coronavirus.

Por iniciativa de José mármol, y respaldado por Tony Raful, Angela Hernández y Mateo Morrison, se pide llenar el ambiente nacional, limitado a las casas de cada uno, por las medidas a que ha obligado la pandemia, para que las redes sociales y otros medios digitales se llenen de poesía sobre el llamado que han titulado “Decir poesía en cuarentena”.

El objetivo, indica José Mármol, es lograr que “la magia de un poema toque los corazones aislados y tienda un puente solidario en todo el ciberespacio”.

A su propuesta, respondieron temprano, publicando poemas en las redes, Hernández, Raful y Morrison.
“Quise solidarizarme con la gente que está aislada en casas, apartamentos, hospitales, habitaciones, funerarias, etc., aprovechando la levedad del ciberespacio para llegar hasta ellos” dice Mármol en una comunicación en la que explica la naturaleza del movimiento.

Informa que, como respuesta, ha sido objeto de respaldo por parte de otros cultores y amantes de la poesía y resalta el apoyo de los otros tres poetas que son premios Nacionales de Literatura, a quienes se unirán otros en la medida en que la proclama sea conocida.

Mármol pide a los poetas que graben con sus teléfonos o cámaras digitales, uno de sus poemas breves, y para quienes no son poetas, que lo hagan tomando una creación de otro autor, y se le cuelgue en sus perfiles y redes bajo el lema “Decir poesía en cuarentena” y se le coloques las etiquetas
#diamuldialdelapoesia
#decirpoesiaencuarentena
#quedateencasa

El Día Mundial de la Poesía fue propuesto en 1998 por la organización Unesco, se celebra cada 21 de marzo con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo. Este evento que fortalece la cultura en todo el mundo. (Fuente: Wikipedia).
A continuación, un poema que ya circula en las redes con imágenes de flores, escrito por un poeta español no identificado, con motivo de la pandemia del Coronavirus:
“Era el 11 de marzo del 2020
Las calles estaban vacías
Las tiendas cerradas
La gente ya no salía.
Pero la primavera no lo sabía
Y las flores seguían floreciendo
Y el sol brillando
Y las golondrinas volviendo
Y el cielo se coloreaba de rosa y de azul
Por la mañana se amasaba el pan
y se horneaban los bizcochos
Oscurecía siempre más tarde
y por las mañanas las luces entraban más temprano a través de las ventanas.
Era el 11 de marzo de 2020
Y los jóvenes estudiaban conectados
Y por las tardes la ineludible cita para jugar a las cartas
Era el ano en que solo se podía salir para ir de compras
Después de un rato, cerraron todo
También las oficinas
El ejercito comenzaba a vigilar las salidas y las fronteras
Porque ya no había más espacio para todos en los hospitales
Y la gente se enfermaba,
Pero la primavera no lo sabía
Y los brotes seguían saliendo
Era el 11 de marzo d 2020
Y todo el mundo estaba en cuarentena obligada
Los abuelos, las familias y también los jóvenes
Entonces el miedo se hizo real
Y todos los días parecían iguales
Pero la primavera no lo sabía
Y las flores volvieron a florecer
El placer de comer juntos fue descubierto otra vez
Escribir, dejando libre la imaginación
De leer volando con la fantasía
Hubo quien aprendió un nuevo idioma
Y quien volvió a estudiar
Y volvió a tomar el último examen que faltaba para la tesis
Quien entendió que estaba amando separado de la vida
Quien dejó de hacer tratos con la ignorancia
Quien cerró la oficina y abrió una taberna
Con solo ocho asientos
Hubo quien se convirtió en médico para ayudar a cualquiera que lo necesitara
Fue el año en que se entendió la importancia de la salud y de los afectos
El año en que el mundo pareció pararse
Y la economía desplomarse
Pero la primavera no lo sabía y las flores dieron paso a los frutos.

Y entonces llegó el día de la liberación
Estábamos viendo la tele y el Primer Ministro
Dijo que la emergencia había terminado
Y que el virus había pasado
Que todos los seres humanos, juntos, habían ganado
Y entonces salimos a las calles
con lágrimas en los ojos,
sin mascarillas, ni guantes
Abrazando nuestro vecino
como si fuera nuestro hermano
Y fue entonces que llegó el verano
Porque la primavera no lo sabía
y seguía estando ahí a pesar de todo,
a pesar del virus
a pesar del miedo
a pesar de la muerte
la primavera no lo sabía
y enseñó a todos
la fuerza de la vida”.
Poema Anónimo

 

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