Unas gafas y una aplicación (app) bastan para hacer este curso, que tiene como objetivo acabar con la glosofobia o, lo que es lo mismo, perder el miedo a hablar en público; una asignatura pendiente para muchas personas. “Había una gran variedad de cursos, pero ninguno en el que el alumno se enfrentara a una audiencia de personas reales. Lo habitual era tener una ‘ficticia’ en la que solo había dibujos animados o avatares. Además, ninguno reportaba lo que estabas haciendo mal ni te dejaba repetir la práctica”, comenta Soraya del Portillo, directora y fundadora de Chiara.
Estas debilidades motivaron a Del Portillo a investigar y desarrollar un curso más completo, basado en inteligencia artificial. Para ponerlo en marcha ha contado con la colaboración del laboratorio de fonética de la Universidad de Barcelona y con más de 70 profesionales, desde ingenieros y desarrolladores de realidad virtual hasta pedagogos y lingüistas.
Durante el último ejercicio, la empresa ha facturado 500.000 euros, guarismo con el que ha recuperado la inversión inicial, en la que participó el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) con 150.000 euros. Todavía no han logrado entrar en beneficios.
Para testar el producto, Del Portillo comenta que primero se dirigió a las compañías del Ibex 35. “Ellos están acostumbrados a la innovación. Si lo validaban, era que iba por buen camino”. Hoy 10 de ellas cuentan con la aplicación, desde Acciona o Endesa hasta el BBVA. Se han sumado grandes compañías, hasta completar una lista de 25, entre las que también están 3M, Mahou, Cepsa o Metro de Madrid. Pero Chiara no solo cuenta con multinacionales en su cartera de clientes, personas de forma individual también lo demandan. “Lo solicitan mucho desde Latinoamérica, la zona ya supone un 10% de la facturación”.
El curso tiene la ventaja de que puede hacerse en cualquier lugar y a cualquier hora. “Te bajas la aplicación al móvil, te pones las gafas y puedes comenzar”. En la actualidad cuenta con 24 escenarios distintos, que van desde una sala de conferencias con personas reales (actores contratados) hasta una presentación de producto. Además, ofrece la posibilidad de parar o repetir un discurso tantas veces como quiera el cliente. Una vez acabado, la aplicación elabora un informe en el que se mide la entonación, si la persona se repite mucho o si las pausas son largas. “Tras evaluar estas variables, el programa te da una serie de consejos (hay más de 2.000 posibles) sobre lo que debes mantener y lo que debes cambiar”, explica Del Portillo.
Con un precio de 630 euros y una caducidad de cuatro meses como máximo, se estructura con una dificultad ascendente. “Primero hay personas que sonríen y dan tranquilidad, pero luego van apareciendo personajes que incomodan, como uno que hace ruidos con el bolígrafo, el que solo mira el móvil o incluso alguien con cara de