La pandemia está despertando emociones complicadas como la indignación o el hastío. Sin embargo, como todos los momentos difíciles, la covid-19 brinda también una oportunidad magnífica para entrenar nuestras fortalezas del carácter, aquellas que nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos y a contemplar las dificultades de un modo más amable y sereno.
Para ejercitar esas fortalezas existe una extraordinaria guía que Christopher Peterson y Martin Seligman recogieron en 2004 en su libro Character strengths and virtues (Fortalezas de carácter y virtudes). Esta obra conforma la columna vertebral de la psicología positiva, que tanto éxito ha tenido en los últimos años y sobre la que escribimos en este Laboratorio.
Peterson y Seligman, profesores de las universidades de Michigan y de Pensilvania respectivamente, lideraron un proyecto que analizaba a las personas más relevantes e influyentes de los últimos 2.500 años para conocer las cosas que tienen en común. Con esa información propusieron las seis fortalezas del carácter, que son los ingredientes psicológicos de la bondad de los seres humanos, más allá de la cultura, la creencia o las religiones. Y lo que es más importante, representan una guía para el bienestar y nos ayudan a navegar en momentos convulsos como los que vivimos.
Es posible medir nuestro nivel de fortalezas en el carácter. Para ello, los investigadores crearon un cuestionario que arroja un informe sobre nuestro perfil personal. Se puede acceder a través de este enlace (está en inglés y es gratuito). Ahora, veamos las seis principales fortalezas de carácter, que agrupan a un total de 24 características:
1. Sabiduría: fortaleza para adquirir y aplicar conocimientos con los otros. En esta clasificación se incluyen las fortalezas cognitivas, como la curiosidad, el amor por el conocimiento y el aprendizaje, el juicio o pensamiento crítico y la perspectiva en nuestras reflexiones para entender nuestro mundo y comprender el de los demás.
2. Coraje: la fortaleza ante la adversidad. En este apartado se incluye la valentía; la perseverancia; la honestidad, que nos hace auténticos, y la pasión o entusiasmo en los proyectos en los que nos embarcamos.
3. Humanidad: la fortaleza que nos ayuda a preocuparnos por los demás. Aquí se incluye la capacidad de querer y de ser amado; la amabilidad; la generosidad y la inteligencia social, una habilidad que nos ayuda a conocer la motivación y los sentimientos de otras personas.
4. Justicia: la fortaleza que ayuda en la responsabilidad social. En esta clasificación se encuentran el trabajo en equipo, el sentido de justicia y de equidad y el liderazgo como motor de transformación para ayudar en el desarrollo de otras personas.
5. Templanza o cómo aplicar la calma en la tormenta. En este grupo se encuentran la capacidad de perdonar y de ofrecer segundas oportunidades, la modestia, la prudencia y el autocontrol de las emociones.
6. Trascendencia o la búsqueda de un propósito o excelencia. Por último, se engloba la apreciación de la belleza y de la excelencia; la gratitud; la esperanza; el sentido del humor y la espiritualidad o la fe.
Después de diversos estudios se ha comprobado que las fortalezas en el carácter son estables en el tiempo y que algunas, además, están correlacionadas con el bienestar. Entre ellas se encuentran el entusiasmo, la esperanza, la curiosidad y el amor. Por eso, en tiempos convulsos, vale la pena prestarles atención.
Fuente: ElPais.com