Prácticamente todo lo que somos tiene que ver con los hábitos que seguimos (y que hemos seguido) en el día a día; estos dan forma a nuestra identidad, nuestra manera de percibir las cosas, e incluso el modo en el que gestionamos nuestras emociones.
Además, los hábitos pueden ser modificados por nosotros mismos para acercarnos a nuestros objetivos, y los horarios son una muy buena manera de conseguirlo. En este artículo nos centraremos en ellos y en sus beneficios psicológicos.
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Los principales beneficios psicológicos de seguir un horario
Estos son los diferentes aspectos en los que el hecho de comprometernos con nuestros horarios nos aporta ventajas desde el punto de vista de la psicología.
1. Nos sirve como referencia para seguir nuestros progresos
Los horarios hacen más fácil que llevemos una medición de nuestros avances, estancamientos o retrocesos en los proyectos que hemos decidido emprender. Por ejemplo, nos permiten ser conscientes de si tenemos mucho o poco trabajo acumulado, de las horas con las que contamos para realizarlo, etc.
2. Nos ayuda a conciliar
Por otro lado, los horarios son un buen apoyo para hacer cuadrar nuestro reparto de tareas teniendo en cuenta lo que hacen los demás, y reservarnos momentos y lugares para estar en la compañía de nuestra familia, de nuestros amigos ,etc.
3. Nos ayuda a descansar bien
La desorganización horaria es capaz de desgastar rápidamente nuestra salud si afecta a nuestros hábitos de sueño; a medio y largo plazo, se traduce en falta de horas de descanso de calidad. Por ello, seguir horarios actúa como un elemento protector que previene estos problemas.
4. Hace posible que tengamos tiempo libre
Según la ley de Parkinson, el trabajo se expande para ocupar todo el tiempo que podemos dedicarle. Por eso, para no perder tiempo de trabajo dejando que simplemente ocupe toda una jornada cuando en realizad podríamos haber hecho lo mismo en un periodo mucho más corto, nos interesa comprimir las horas que dedicamos a cada una de nuestras responsabilidades, para optimizar el uso que hacemos de esos minutos. Y los horarios son la manera de conseguirlo, permitiéndonos gozar de tiempo libre.
5. Es un elemento de motivación
- Fraccionar nuestra jornada en los mini-objetivos que nos marca el horario nos aporta varias pequeñas fuentes de motivación, incentivos a corto plazo que nos permite sentirnos bien con lo conseguido en cuestión de minutos o de horas.
¿Qué hacer para comprometerte con tu horario?
Sigue estos consejos para no dejar que tu horario se quede solo en intenciones.
1. Crea un horario detallado
Es importante concretar tu horario todo lo posible; de no ser así, si todo se queda en ideas abstractas, ni te comprometerás con él ni lo recordarás todo lo que deberías, y te resultará difícil aplicarlo a tu día a día.
2. Introduce “horas de premio” en tus horarios
Las horas de premio son la representación de lo que ganarás por el hecho de comprometerte con tu horario; consiste en incluir en tu tabla de horario de la semana uno o dos momentos que serán la suma de todos los minutos semanales que ganarás para tu tiempo libre si organizas tus actividades de esa manera. De ese modo, cada vez que mires esa tabla, te expondrás a ese incentivo, y a la vez tendrás una referencia clara para saber si estás cumpliendo con el plan de gestión de tiempo que te habías propuesto
3. Plasma tu horario en papel
De esta manera, tendrás uno o varios recordatorios (en forma de imagen esquemática) de cómo debes gestionar tu tiempo durante la semana. Pon un par de esos horarios en lugares visibles de tu casa: en la nevera fijado con imanes, en tu estudio, en tu dormitorio, etc.
4. Utiliza desencadenantes de la acción
Los desencadenantes de la acción son referencias espacio-temporales que utilizarás para darte ese empujón motivador necesario a la hora de pasar de una tarea a la siguiente.
Para utilizarlos, hay que memorizar asociaciones entre momentos y situaciones que nos llevan a iniciar una actividad: por ejemplo: “cuando termine de lavar los platos en la cocina, iré directamente a la silla de mi escritorio y me sentaré en ella para trabajar”. Son maneras de evitar distracciones y mantenernos centrados en nuestros objetivos, algo necesario para cumplir los horarios.
5. Previene los problemas de sueño
Fallar en los hábitos de mantenimiento del sueño, ya sea por no poder conciliarlo cuando toca o por despertarse varias veces durante las horas que deberías dedicar a dormir, puede dar al traste con tu horario en cuestión de un par de días, sobre todo si estás empezando a intentar adherir tus hábitos a él.
Para evitarlo, prevé los posibles problemas que puedes tener. Por ejemplo, si últimamente te cuesta dormirte, haz ejercicio moderado por la mañana o al mediodía (no en las últimas horas de la jornada), haz una cena ligera, dedica las últimas horas del día a hacer actividades relajantes sin exponerte mucho a la luz, realiza un breve ejercicio de relajación y vete a la cama cuando toque sin ceder a distracciones que te puedan mantener en vela.
6. Ve a psicoterapia
Si notas que nada te funciona, lo mejor es que recurras a un psicólogo; los profesionales de la psicoterapia te podemos ayudar mucho a la hora de moldear tus hábitos para permitir que adoptes un estilo de vida más sano, incluso si no presentas ningún trastorno psicológico.
Fuente: Psicologiaymente.com