Putin acusa a Occidente de desatar una «verdadera guerra» contra Rusia

«Occidente ha olvidado quién derrotó a un mal mundial monstruoso», dice Putin

Rusia celebra este martes 9 de mayo el 78 aniversario de la victoria soviética contra la Alemania de Hitler en la Gran Guerra Patria, como aquí llaman a la parte de la Segunda Guerra Mundial que le tocó a la URSS.

Según el Ministerio de Defensa ruso, por el empedrado de la plaza Roja desfilan este día cerca de 10.000 militares, entre ellos unidades que combaten en la actual campaña militar contra Ucrania, que comenzó en febrero de 2022. También se muestran 125 unidades de armas modernas y equipos militares.

«Hoy la civilización está de nuevo en un punto de inflexión. Se ha desatado una verdadera guerra contra nuestra patria, pero garantizaremos nuestra seguridad», aseguró Putin desde la tribuna, junto a los muros del Kremlin.

«Las élites occidentales insisten en su excepcionalismo, enfrentan a los pueblos y provocan conflictos sangrientos, al tiempo que siembran la rusofobia y un nacionalismo agresivo», afirmó el presidente ruso.

«Occidente ha olvidado quién derrotó a un mal mundial monstruoso», dijo Putin, en referencia al papel de la Unión Soviética en la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial y en la acusación rusa de que Ucrania está gobernado por un «régimen fascista». Según él, «el pueblo ucraniano se ha convertido en rehén del régimen criminal, en moneda de cambio en sus planes crueles e interesados».

Unos 10.000 soldados y 125 vehículos y equipo militar participan en el tradicional desfile

Putin dio la bienvenida a los participantes en la campaña en Ucrani, así como a los que están en primera línea. «Todo el país se unió para apoyar a nuestros héroes, dijo el líder ruso.

«Somos fieles a los preceptos de nuestros antepasados, comprendemos profunda y claramente lo que significa ser dignos de sus logros. Estamos orgullosos de quienes luchan en primera línea, abastecen al frente y salvan a los heridos. Estáis luchando con honor por Rusia», aseguró.

Es el segundo día de la Victoria que Rusia celebra en pleno conflicto armado con Ucrania. En esta ocasión, los combates en torno a la ciudad de Bajmut, que las tropas rusas llevan meses intentando tomar, han marcado las celebraciones.

Cada 9 de mayo Rusia quiere recordar al mundo el sacrificio soviético en la Segunda Guerra Mundial

Estas también se han visto condicionadas por las preocupaciones sobre la seguridad.

La plaza Roja de Moscú se ha cerrada al público durante 14 días (entre el 27 de abril y el 10 de mayo). Nunca antes se había restringido el acceso durante un periodo tan largo. No sucedió el año de la pandemia de coronavirus, el 2020, cuando el desfile se aplazó al mes de junio, ni tampoco el año pasado, aunque el conflicto con Ucrania había comenzado sólo tres meses antes. En 2022 la plaza Roja se cerró únicamente entre el 4 y el 10 de mayo. En 2018 la medida se aplicó entre el 4 y el 9 de mayo y en 2019, entre los días 6 y 9.

Los ataques y sabotajes ucranianos, que durante los primeros meses de la intervención rusa en Ucrania fueron esporádicos en regiones rusas de la frontera como Briansk, Bélgorod y Kursk, se han ido incrementando.

Los líderes de las exrepúblicas soviéticas más cercanas a Rusia aceptan la invitación de Putin a la plaza Roja

La llegada en diciembre del año pasado de dos drones a sendos aeródromos militares rusos de Sarátov y Riazán, a cientos de kilómetros de la frontera con Ucrania, evidenció la capacidad de las Fuerzas Armadas ucranianas de alcanzar de esta forma objetivos del interior de Rusia.

El mes pasado este tipo de ataques se hizo bastante frecuente, con ataques con drones contra depósitos de combustible, trenes de mercancías y múltiples objetivos en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014. Como consecuencia, cinco regiones decidieron cancelar sus desfiles militares: Bélgorod, Kursk, Sarátov, Oriol y Pskov. Tampoco este día hay parada militar en Crimea. En total, una veintena de ciudades de la parte europea de Rusia han cancelado la parada militar, que sí se ha celebrado en las principales urbes del Lejano Oriente ruso, Siberia, los Urales y la región del Volga.

La llegada de dos drones hasta el mismísimo Kremlin el pasado 3 de mayo, que Rusia atribuye al «terrorismo ucraniano» con el objetivo de «matar a Putin», aumentó la tensión. Pero el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, aseguró que no había planes para cambiar los planes para el desfile y el discurso de Putin.

Lo que no se celebrará este 9 de mayo, ni en Moscú ni en ninguna otra ciudad rusa, son las marchas del «Regimiento inmortal», una reciente tradición que comenzó en 2011 en Tomsk y que, salvo el periodo de la covid, se ha celebrado cada año en esta patriótica jornada rusa.

En la abarrotada procesión, los participantes llevan retratos de familiares que lucharon contra la Alemania nazi, incluido Putin, que es un habitual en este acto. Según el Ministerio del Interior, en 2022 participaron en esta marcha 12 millones de personas en toda Rusia.

Preguntado el lunes sobre algunas de las cancelaciones, Peskov acusó a Ucrania. «Cuando tenemos que tratar con un Estado que de hecho es patrocinador del terrorismo, entonces es mejor tomar medidas de precaución», dijo.

Cada 9 de mayo Rusia quiere recordar al mundo el esfuerzo y sacrificio (27 millones de vidas) con los que contribuyó la URSS a vencer a la Alemania nazi, así como el fuerte patriotismo. «No hay nada en el mundo más fuerte que nuestro amor a la Patria. Por Rusia, por nuestras valientes fuerzas armadas, por la Victoria – ¡hurra!», gritó Putin para concluir su discurso.

Pero también es un momento para exhibir apoyos internacionales.

A falta de mandatarios occidentales de renombre y de otros líderes internacionales de renombre, este 9 de mayo han aceptado la invitación del jefe del Kremlin los presidentes de todas las cinco exrepúblicas soviéticas de Asia Central, Kasim-Zhomar Tokáyev por Kazajistán, Sadir Zhapárov por Kirguistán, Emomali Rajmón por Tayikistán, Shavkat Mirziyóyev por Uzbekistán y Serdar Berdimujamédov por Turkmenistán, además del presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, y del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián. El año pasado no asistió ningún líder internacional.

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