El cambio climático es una realidad que debería estar presente en la vida de todas las personas. En estos últimos meses, la sequía es uno de los principales factores en este ámbito que preocupa a millones de personas.
Todas estas preocupaciones que afectan al medio ambiente en general, pueden ser mayores en algunas personas, y pueden llegar a convertirse en problemas que lleguen a causar trastornos mentales.
Es el caso de la ecoansiedad, un término que se utiliza para describir una preocupación o angustia intensa, que estaría relacionada con los problemas ambientales y el impacto humano en el medio ambiente.
De este modo, la ecoansiedad “es una respuesta emocional que algunas personas experimentan debido a la conciencia de los desafíos ambientales actuales y futuros, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y la degradación del ecosistema”, explican los expertos de Buencoco.
Estos profesionales afirman que se entiende que la ecoansiedad es una forma particular de sufrir ansiedad o estrés ambiental. Concretamente quienes padecen este trastorno suelen sentirse abrumados, impotentes, tristes o enfadados debido a la magnitud de los problemas ambientales y la falta de acción o soluciones efectivas ante el cambio climático.
Este trastorno, que afecta a un 45% de la población de entre 6 y 25 años, puede tener un gran impacto en la vida de las personas, según un informe publicado por The Lancet.
Concretamente los más afectados por la ecoansiedad serían personas sensibles que están altamente concienciadas con los problemas ambientales y que tienen un compromiso que hace que sean más susceptibles ante estos temas.
Además, también pueden angustiarse más de la cuenta quienes algunas características de personalidad y rasgos emocionales, como la tendencia a preocuparse en exceso, la alta sensibilidad emocional o la empatía intensa, así como las personas con rasgos de personalidad perfeccionistas o quienes han experimentado eventos relacionados con el medio ambiente, como desastres naturales o crisis climáticas.
Estos son los principales síntomas de la ecoansiedad
Es importante recalcar que, aunque haya un perfil de personas que tienen más riesgo a padecer ecoansiedad, cualquier persona, independientemente de su edad, género o antecedentes, puede experimentar esta patología. Además, cada individuo tiene su propia experiencia y reacción personal frente estos problemas que causan el trastorno.
Sin embargo, existen una serie de síntomas comunes que suelen experimentar la mayoría de pacientes con este trastorno.
En primer lugar, las personas con ecoansiedad tienen sentimientos de preocupación abrumadora y angustia relacionados con los problemas ambientales.
Por otro lado, estas personas padecen miedo y ansiedad anticipatoria, que se refleja con un temor persistente sobre lo que podría suceder en el futuro y las consecuencias que podría causar.
A parte de ello, la ecoansiedad genera sentimientos de impotencia y desesperanza, a la vez que provoca culpa y conflicto emocional debido a las contradicciones entre los valores personales y las acciones cotidianas que pueden contribuir al deterioro ambiental.
Tal y como explican los profesionales de este tema, la ecoansiedad también provoca sentimientos de tristeza profunda sobre el estado actual y futuro del medio ambiente, así síntomas físicos y emocionales de estrés, como problemas para dormir, irritabilidad, dificultades de concentración, tensión muscular o dolores de cabeza y problemas digestivos.
Es importante ser consciente de que la ecoansiedad, aunque no es un trastorno mental reconocido oficialmente, puede desencadenar o agravar otros trastornos de salud mental, como la depresión, como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
¿Cómo es posible tratar la ecoansiedad?
Desde Buencoco explican que, aunque no hay un tratamiento concreto y efectivo en todas las personas para tratar la ecoansiedad, sí que existen una serie de enfoques terapéuticos que pueden ayudar a manejar y reducir la angustia de quienes lo padecen
Algunas estrategias efectivas pueden ser la terapia cognitivo-conductual, que sirve para identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos o irracionales, así como para desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.
Además, las terapias de manejo del estrés también pueden ser favorables, entre las que se incluyen técnicas de relajación, respiración profunda, meditación y mindfulness, que ayudan a reducir los síntomas y promover el bienestar general.
A parte de ello, algunos consejos como fomentar la participación o brindar un espacio de apoyo para explicar preocupaciones pueden también ayudar a estas personas a canalizar su preocupación por el medio ambiente y el cambio climático.
Finalmente, fomentar un estilo de vida sostenible y la conciencia colectiva puede también ser efectivo para tratar la ecoansiedad, un trastorno poco conocido que ya afecta a un gran número de personas de todo el mundo.
Fuente: Mundodeportivo