Mientras más eventos de este tipo ocurran en sitios a los que concurrimos frecuentemente, mayor será el impacto en la salud mental”.
EFE
MIAMI.- Casi 8 de cada 10 adultos estadounidenses (79 %) afirman que sienten estrés por la posibilidad de un tiroteo masivo y un 33 % no asiste a determinados lugares y eventos por miedo, según una encuesta publicada este jueves.
Otro resultado del sondeo, realizado después de los tiroteos ocurrido este mes en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio), es que los hispanos tienen más propensión que los blancos no hispanos y las mujeres más que los hombres a sentirse estresados con más frecuencia por este motivo.
Tener hijos hace más difícil permanecer tranquilo. El 62 % de los padres asegura “vivir con miedo de que sus hijos puedan ser víctimas de un tiroteo masivo”.
Arthur C. Evans Jr., director ejecutivo de la Asociación de Psicología de Estados Unidos (APA), que encargó la encuesta, asegura que las matanzas con armas de fuego están provocando daños a la salud mental y afectando la vida cotidiana de muchos estadounidenses.
“Mientras más eventos de este tipo ocurran en sitios a los que concurrimos frecuentemente, mayor será el impacto en la salud mental”, señaló Evans, quien precisó que no es necesario experimentar directamente esos acontecimientos para sentirse afectado.
“Solo enterarse de que ocurrieron puede implicar un impacto emocional, y esto puede tener repercusiones negativas en nuestra salud mental y física”, agregó.
La encuesta fue realizada en internet por The Harris Poll entre el 8 y el 12 de agosto a una muestra de 2.017 personas mayores de 18 años residentes en distintos puntos del país y sus autores deliberadamente se abstiene de informar del margen de error en razón de la metodología empleada.
Cerca de uno de cada tres adultos (32 %) siente que no puede salir a alguna parte sin preocuparse por ser víctima de un tiroteo como los que causaron la muerte de una treintena de personas en un centro comercial de El Paso y una zona de ocio de Dayton, hechos ocurridos en el fin de semana del 3 y 4 de agosto.
El autor de la matanza de El Paso, un joven de 21 años que sobrevivió al ataque, confesó que quería matar mexicanos. En el caso de Dayton, el autor, también joven, murió por disparos de la Policía y se desconoce qué lo motivó a disparar incluso a su propia hermana, que falleció en el tiroteo.
Según la encuesta, un 24 % de los interrogados dijo haber hecho cambios en sus vidas a causa del miedo a los tiroteos.
Cuando se les preguntó qué sitios les provocan estrés relacionado a la posibilidad de que ocurra una masacre, las respuestas más comunes fueron eventos públicos (53 %), centros comerciales (50 %), escuelas o universidades (42 %) o cines (38 %).
Solo uno de cada cinco (21 %) asegura que nunca siente estrés como resultado de la posibilidad de un tiroteo.
“Las masacres con armas de fuego son un problema de salud pública y es necesario que adoptemos un método integral de salud pública para comprender e idear soluciones políticas duraderas”, opinó Evans.
“Es importante que la gente y los legisladores se den cuenta de que no es un problema sin solución, sino algo cuya posibilidad de cambio está en nuestras manos”, indicó.
Los adultos hispanos (32 %) son más propensos que los adultos blancos no hispanos (15 %) a afirmar que sienten estrés relacionado con la posibilidad de tiroteos con frecuencia o constantemente.
Los adultos hispanos (44 %) y afroamericanos (43 %) también son más propensos que los adultos blancos no hispanos (30 %) a desconocer cómo enfrentar el estrés que sienten como resultado de masacres con armas de fuego.
Los afroamericanos son más propensos a sentir que ellos o que alguien a quien conocen serán víctimas de un tiroteo masivo (60 % en comparación con el 41 % de los adultos blancos y el 50 % de los adultos hispanos).
Las mujeres afirman sentirse estresadas con mayor frecuencia que los hombres ante la posibilidad de un tiroteo (85 % frente a 71 %).
Los padres de niños menores de 18 años son casi dos veces más propensos que quienes no tienen niños de esas edades a decir que sienten estrés con frecuencia o constantemente ante la posibilidad de una masacre con armas de fuego (28 % frente a 16 %).