Cabe señalar que para evitar una situación así lo mejor es hacer caca en casa, pero en ocasiones la naturaleza es impredecible y, en contra de nuestra voluntad, nos vemos obligados a ir al baño en el trabajo.
Sin embargo, no falta quienes lo hagan porque ya se acostumbraron y poco les importa aquello de la intimidad. En cualquier caso, el problema a enfrentar es el mismo: dejar ese rastro y un “regalito” poco agradable para el siguiente pasajero (o para quienes están cerca al recinto).
Costumbre o situación fortuita, ambos casos requieren saber cómo manejar el tema del olor. Ante esto se puede acudir a varias maniobras, aunque de antemano les contamos que la cuarta puede ser la más adecuada.
- Hacer un escape fugaz hacia un baño apartado para dejar el “regalito” en un departamento distinto.
- Sacar una frase típica como “a mi no me huele a nada”.
- Salirse por la tangente diciendo “este baño nunca huele bien”.
- Adoptar una solución que calme el olor o, al menos, lo camufle.
Trucos para ir al baño en el trabajo sin dejarlo apestado
Cuando se trata de disimular el mencionado rastro se deben tener en cuenta varios factores y la rapidez es el principal. Entre más rápido se entre en acción, más fácil podremos disipar el olor. A partir de esto, surge el primer truco de la lista.
1. Tirar de la cadena apenas ocurra
Incluso es mejor hacerlo antes de levantarnos de la taza. El plan es que la mayoría de los gases queden atrapados en las tuberías y no logren asomarse al ambiente. Si el asunto está muy crítico, podemos repetir el procedimiento un par de veces más.
2. Llevar con nosotros un pulverizador
De fácil preparación, barato y muy efectivo. Consiste en tener cuatro partes de vinagre blanco y seis de agua mezcladas en un espray. Es válido reducir el vinagre a tres partes en caso de que el olor nos parezca demasiado fuerte, pero la verdad es que se desvanece en unos cuantos segundos.
El pulverizador casero funciona y no es nada difícil prepararlo, pero si no tenemos el tiempo para ello entonces podemos recurrir a las opciones ya hechas que suelen vender en los supermercados.
3. Vaciar perfume o jabón líquido en la taza
En realidad no es lo más conveniente para el medio ambiente, pero si pensamos en la persona que viene quizás sea una buena causa. La operación es muy simple: arrojamos un poco de perfume o jabón enseguida tiremos de la cadena. Al subir de nuevo el agua, el olor estará camuflado.
El truco también funciona con desinfectantes de manos y resultaría infalible en el remoto caso de encontrarnos con aceites esenciales en el baño, con lo cual bastarán un par de gotitas para garantizar el éxito de la operación.
Un consejo adicional: Olvidémonos de las cerillas
Si bien se le considera un clásico, encender cerillas para camuflar el olor no resulta tan efectivo como se cree. El olor a fósforo, a pesar de ser intenso, dura solo unos segundos. Lo peor es que una vez se va el olor a quemado, enseguida regresa el que pretendíamos eliminar.
Prevención Coronavirus
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