Cuando tomemos decisiones es porque queremos conseguir algo. Estamos en una situación y queremos pasar a otra mejor. Hay una brecha entre la situación en la que estamos y la situación a la que queremos llegar. Algo que nos puede ayudar en la toma de decisiones es diagnosticar si la brecha se debe a una falta de oportunidades o a una falta de capacidades.
Una falta de oportunidades es cuando uno sabe hacer algo y no encuentra el modo de aplicar esos conocimientos o habilidades. Y una falta de capacidades es cuando uno ve una oportunidad, pero no sabe cómo aprovecharla.
Pongamos un ejemplo. Una persona puede ser una experta en el diseño de spots publicitarios. Lo sabe hacer bien. Pero no consigue que nadie se fije en esa habilidad que tiene y encuentra dificultades para que la contraten. Tiene una capacidad, pero le falta la oportunidad. Le falta la oportunidad para aplicar esa habilidad que tiene.
Por el contrario, podría suceder a una cadena de supermercados, que le fuera muy bien en su país, vendiera mucho, estuviera instalada en montones de ciudades, ganara dinero, y que esta empresa quisiera expandirse internacionalmente. Si resulta que sus intentos de internacionalización no cuajan. Que no consiguiera introducirse con éxito en países extranjeros, tendría el problema contrario. Tendría muchas oportunidades. Muchos países a los que acudir, pero le faltaría la capacidad de conseguir hacer beneficios en mercados extranjeros. Tendría un problema de “capacidades”.
Si uno se encuentra que tiene un problema de oportunidades, lo que tiene que hacer es cambiar de modelo de negocio. Ver otros modos en los que sus capacidades encontraran oportunidades de ser aplicadas. Por el contrario, si lo que tiene es un problema de capacidad, lo que ha de hacer es adquirir esas capacidades que le faltan. Via formación, via lo que fuera.
Esta distinción entre brecha de capacidad y brecha de oportunidad puede ayudarnos a enfocar mejor los problemas y las estrategias de las empresas. Hasta el jueves que viene.
Fuente: Miguelarino.com
